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viernes, 24 de agosto de 2012

Jodida inocencia.


Soñaba con tener una nueva vida. Con empezar de cero. Con dejar atrás todas aquellas cosas que me hicieron tanto daño. Creía que todo se arreglaría, que por fin sería feliz. Que tendría amigas, a las que podría contarles todos mis secretos y que ellas me contaran los suyos. A las que poder contar mis pensamientos y que no me juzgaran, que me aceptaran tal y como soy. En vivir una historia de amor como las de los libros o las películas que toda mi vida había estado viendo. En decir "te quiero", en que me lo dijeran a mí y ser felices para siempre.
Tan pronto como lo deseé todo aquello se esfumó en el aire. La fuerza del deseo se hizo tan poderosa como la de las manos. Ansiaba llegar al instituto, pisar ese suelo, respirar por fin tranquila. Ser animadora como en las películas, tener amigas de verdad, enamorarme. Sinceramente, no sé que me esperaba, pero la realidad me estalló en la cara. La llegada al instituto se acercaba cada vez más, y tenía miedo. Miedo de que todos esos sueños se rompieran, que la fantasía que había estado construyendo toda mi vida resultara ser una mentira. Pero lo hice.
Llegué allí, dejándolo todo atrás (excepto a mis compañeros de clase) y me dispuse a empezar de cero. Llegó el otoño, las hojas caían pero yo no veía progresos en mi vida. Llegó el frío invierno, el frío me congelaba los huesos y cada vez tenía menos esperanzas. Llegó la primavera, el calorcito, mi cumpleaños, pero aún así no veía que mi fantasía se cumpliera. Terminó el curso. No podía creer que hubiera terminado sin haber cumplido todos mis propósitos. Supongo que no estaba en mi mano, ¿no? Simplemente pasó.
El dolor que había acumulado durante años regresó al no haber cumplido mi sueño. El dolor de unas palabras, de unas miradas, que hoy en día las recuerdo como si hubieran ocurrido ayer. No creía que mi relación con mis amigas pudiera empeorar más; pero simplemente, aprendí a no fiarme de mí misma. Empezaron a pasar de mí, ya no sabía ni si mi mejor amiga estaba de mi lado; una de las que consideraba mis amigas, que resultó ser una zorra, no me invitó a su cumpleaños. Supongo que querría decirme con eso: "Cariño, tu fantasía americana no se ha hecho realidad. Sigues siendo la misma niña rara de estos nueve años".
Sentí que caía. No podía más. La presión de las notas, de alcanzar la perfección, me agotaba y me motivaba a la vez. Estaba delgadísima, tenía un cuerpazo, un pelo perfecto y unos ojos medianamente bonitos. Hoy en día conservo todo eso, pero no es el caso. Sentí que mi aspecto no servía de nada, que no iba a conseguir ninguna matrícula de honor a final de curso y sentí que me moría. Recuerdo perfectamente la sensación de estar sentada en clase, con mi mejor amiga al lado, mientras todos pasaban de mi aspecto y le decían cosas como: "Eres genial, qué notazas, ¿eh? Eres súper lista, deberían pasarte de curso." Pero no era para tanto. Teníamos notas parecidas, pero todos la preferían a ella.
Sé lo que era: envidia. Mi clase no es precisamente la pasarela Cibeles, así que la envidia que me tenían les comía por dentro y decidieron atacarme por donde más me dolía. Y lo consiguieron. Vaya si lo consiguieron. Acabé el curso hecha un mierda (siento la expresión, pero no sé explicarlo mejor) de los nervios, con unas ganas indescriptibles de verano y de librarme de toda esa gente. Y se me pasó. Poco a poco se me pasó esa ira interna, ese odio indescriptible hacia la humanidad.Supongo que ahora vuelvo a ser la de antes. Pero que cuando empiece el instituto, volveré a caer y no sé si esta vez podré levantarme.
Y así terminó todo.
La conclusión de todo esto es que nunca hay que fiarse de las historias de princesas, donde la princesa siempre hace sus sueños realidad y consigue al príncipe. Porque no vivimos en un cuento de hadas, esto es la puta realidad y si no pisas, te pisan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios me siento super identificada contigo, y la verdad siento mucho todo lo que te paso, yo tambien tenia amigas así pero acabe dandoles la espalda y que se fueran a tomar viento, por asi decirlo, porque no lo soportaba más, la verdad es que yo tampoco se como voy a sacar fuerzas para empezar un nuevo curso pero solo se que llegara la hora en que nosotras lograremos estar contentas y ellas bajaran la cabeza!! No se si me entiendes pero se que conoceras a alguien tarde o temprano que te sacara una sonrisa en todo momento y estarás bien, en mi vida pensara algo así pero eso ocurrió, aunque tenemos nuestros más y nuestros menos al fin y al cabo siempre estamos ayudandonos en todo y tal!!
Besos y espero que eso tambien te pase a ti y trata de no estar mal delante de ellas asi ven q no te molestan y les da mas rabia, tu riete de ellas q eso les molesta!! ;)

Laura dijo...

Yo hay algunas de mis amigas que no confio. Soy de las pocas de mi peña que sacan buenas notas. A veces pienso que me dejan de lado. Antes me paso eso, pero me junte con otras chicas y ya no pasa.
Que una de tus mejores amigas no te invite a su cumple a mi me afectaria mucho. En mis amigas yo tambien soy un poco diferente. Tengo un blog, me gusta leer, y me gusta un monton de libros en cambio a ellas no les gusta mucho leer.

He leido tu comentario en mi blog. Muchisimas gracias, me los intentaré leer.
Un beso :D